Cosechadores artesanales de sal divididos por el manejo de la empresa.
La crisis social generada por la parálisis en la empresa Sama limitada se volvió insostenible y no hay autoridad alguna que solucione el problema de las protestas indígenas, quienes reclaman el pago de una indemnización por la perdida de la cosecha de sal, mayor participación dentro de la empresa y claridad en el manejo financiero.
El punto más álgido de la crisis se vivió ayer cuando miembros de la asociación Waya Wayuu llegaron hasta la Planta de Lavado y rompieron las cadenas que impedían el ingreso de vehículos para el pesaje y arrume de sal. De inmediato los cosechadores que se encuentran ocupando la sede administrativa de la empresa Sama limitada se trasladaron al sitio para impedir el despacho de sal que se hace a los camioneros agremiados en Cootrasoma, Coocosacogua y Coomultranssal.
En represalia los miembros de Waya Wayuu se tomaron las instalaciones de la IPS Anaouta, pero ante el llamado de atención de la procuradora regional Carmen de Vega los manifestantes desocuparon el centro asistencial.
No quieren dialogar
Diario del Norte pudo constatar que el cierre en las salinas de Manaure tiende a prolongarse debido a que un sector de los cosechadores artesanales agremiados en Waya Wayuu, se niega a dialogar con los manifestantes tal como se evidenció en la reunión prevista para ayer donde estaban invitados la procuradora regional Carmen de Vega y las directivas de la empresa
Entre tanto, el vocero de los cosechadores Jorge Rosado Movil señaló que la única salida a este conflicto es la intervención del gobierno nacional en cabeza del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, la Superintendencia de Industria y Turismo, la Contraloría y Fiscalía General de la Nación.
TOMADO DE DIARIO DEL NORTE
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