20.456
niños reciben un almuerzo todos los días. En el 90% de los casos es la única comida
durante el día.
*Camilo Uriana –de 7 años- se levanta
todos los días con una motivación extra para ir a estudiar. Al igual que 20.456
niños en los municipios de Manaure y Uribia el almuerzo o desayuno que les
ofrece el programa de alimentación escolar, en el 90% de los casos representa
la única comida del día. Este drama que padecen los niños de la zona rural del
norte de la Guajira, contrasta con las exigencias de algunas entidades del
estado colombiano a la hora de pedir mejoramiento de la calidad educativa.
Para Harold Uriana, representante del Consorcio
Bienestar Total, la situación de los niños beneficiarios del programa es
compleja. “La gran mayoría solo se alimentan con el almuerzo que se les brinda
en las aulas, en todo el día es la única comida que reciben porque las
condiciones económicas dentro de sus comunidades son deprimentes”, señaló el
representante de Bienestar Total.
El Programa de Alimentación Escolar
PAE, del ICBF en Departamento de La Guajira, suministra desayunos ó almuerzos
en 330 unidades de servicio a niños, niñas y adolescentes. “Aparte de mantener
la matricula en las instituciones educativas publica evitando la deserción
escolar, estos niños ven en el programa una verdadera opción de vida, de no
existir el programa más de 20.000 niños tendrían que padecer hambre física, es
una dura realidad”, puntualizó Karen Rodríguez, nutricionista dietista.
Uno de los objetivos de estos
programas es el desarrollo de la economía regional y local a través de la
compra de alimentos como el chivo y el pescado a miembros de la etnia wayuu y
productores agropecuarios, en un departamento donde los indicadores sociales
son los más bajos del país.
Para el médico Carlos Montenegro, especialista
en salud ocupacional, el trabajo con las comunidades indígenas permite
dimensionar el problema de hambruna que se registra no solo en el norte de la
Guajira. “Desde la Alta Guajira hasta la Jagua del Pilar los problemas
nutricionales son bastante complejos”.
En medio de la nostalgia de aquella
época ‘dorada’ por el boom de las regalías, y de los discursos trasnochados de
cientos de políticos que en vez de quejas deberían expresar un categórico Mea Culpa, *Camilo Uriana seguirá
asistiendo a esa cita ineludible con las letras y números, aunque su destino le
indique todos los días que de tres comidas diarias, apenas podrá consumir una
porque la dura ‘ley’ de la vida así lo determinó.