Carlos Movil, nunca imaginó que la advertencia a su hijo Pedro Miguel para que no insistiera en prender la moto 125 TD color azul, terminaría en una relación directa a la forma trágica en que falleció el joven manaurero de 17 años, en un sector de alta accidentalidad y única salida al mar en Manaure. Ni siquiera el sueño que había tenido con su madre ese día en el que lo levantaba y le pedía que se fuera con ella, pudo contener la cita con la muerte.
Las primeras versiones indican que Pedro Miguel Movil Epieyú se desplazaba a las 9:30 am del viernes por la carrera 4 a bordo de una motocicleta y al tomar la avenida La Marina (Calle 1) colisionó con una volqueta cargada de sal que se dirigía hacia la Planta de Lavado. En los mismos hechos el conductor de la volqueta terminó impactando a otro vehículo transportador de sal que se encontraba estacionado en el lugar. Fue de tal magnitud el accidente que Pedro Miguel quedó debajo de la volqueta con la pierna derecha presionada por la llanta delantera. De inmediato los conductores que transitaban por la avenida auxiliaron al joven y fue necesario levantar el vehículo con un gato hidráulico para llevarlo hasta el hospital Armando Pabón López, en ese intento transcurrieron cerca de 40 minutos según le confirmó uno de los testigos a Diario del Norte.
Pedro Miguel fue remitido de urgencia a la ciudad de Riohacha, donde falleció en la madrugada del sábado cuando los médicos intentaban practicarle una segunda cirugía pero infortunadamente, la perdida de sangre y el trauma craneoencefálico severo acabaron con la vida de Movil Epieyú. Pedro Miguel nació el 19 de julio de 1993, era el séptimo de nueve hermanos, cursaba octavo grado en la institución educativa Urbana Mixta # 1, pertenecía a la banda de paz y la selección de futbol sala de ese plantel. Sus amigos lo recuerdan como una persona honesta, con muchas metas y deseo de superación. Las exequias de Pedro Miguel se realizaron de acuerdo a los usos y costumbres de la etnia wayuu en un cementerio de la familia.
Trágico destino
Teniendo en cuenta esas extrañas coincidencias trágicas del destino, la familia Movil Epieyú, hace siete años -en un accidente de transito- sufrió la perdida de Emelina, quien era la progenitora del joven Pedro Miguel Movil. En esa ocasión la mamá de Pedro se movilizaba en una bicicleta cuando fue arrollada por un vehículo en el sector de Musichi. El sábado pasado el destino nuevamente se encargó de enlutar a la familia.
Habitantes piden controles
Ante el numero de accidentes de transito y la falta de señalización en Manaure, varios lideres comunales exigieron a las autoridades implementar controles tendientes a regular la circulación de camiones saleros, motos, ciclo taxis y conductores en estado de embriaguez.
TOMADO DE DIARIO DEL NORTE - KENNETH RIVADENEIRA - CORRESPONSAL EN MANAURE
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