Dice Calixto Ochoa en una de sus composiciones: “Puerca pollera nunca pierde el vicio”. Ese lema parece aplicarse a los procesos electorales en el departamento de La Guajira, en donde nunca falta un entuerto en cada temporada preelectoral.
Cuando todos pensábamos que por fin los procesos de inscripción de cédulas o zonificación habían transcurrido en plena normalidad, sin el consabido trasteo de personas, para que voten en sitios que no conocen y en donde no tienen injerencia, apareció la denuncia de Edgardo Altamar Gómez, quien con pruebas en la mano envió un documento al Consejo Nacional Electoral, en donde exige que se anulen las inscripciones en ese Municipio, al considerar que hubo trashumancia electoral.
Exegéticamente el término trashumante significa errante, ambulante, nómada, errático. Pero, aplicado a la política, debe ser aquel, que sin importarle el destino de las regiones, le vende al mejor postor su voto por cualquier migaja. Sufraga en la región que le indiquen. No tiene conciencia para determinar quién podría ser su gobernante o representante ante el Congreso o cualquier corporación de elección popular. Ellos causan un grave perjuicio a la sociedad.
Édgar Altamar, un docente de Manaure, asegura que de manera masiva fueron llevadas decenas de personas a los corregimientos de Aremasain, La Gloria, Mayapo, Pancho y El Pájaro, para registrar sus cédulas, sin que pertenezcan a la región ni tengan que ver con el desarrollo social, económico y cultural de estos pueblos.
Por eso, Altamar Gómez envió pruebas al Consejo Nacional Electoral, al Procurador General de la Nación, Fiscalía General, Registrador Nacional del Estado Civil, Director del Censo Electoral y el Zar Anticorrupción de la Presidencia de la República, para que inicie una investigación que conlleve a la anulación de las inscripciones de las cédulas en los sitios antes citados.
Una de las causas de la crisis de La Guajira es precisamente la falta de conciencia para votar por las personas o candidatos que realmente tienen un compromiso serio con la comunidad. A esto se suma el hecho de contar en cada debate con electores trashumantes, gente que viene de otras regiones a decidir por nosotros, los que vivimos aquí, los que sufrimos con los pésimos servicios públicos, con la mala calidad de vida, que nos entregan las malas administraciones.
De acuerdo a los registros parciales que viene entregado la Delegación Departamental del Estado Civil, a cargo de Martín Pulgar Pérez y Marta Martínez, se registraron en los 162 centros de votación 28.987 personas, faltando alguna información de la zona alta de este Departamento.
Se espera que con la mayor celeridad el Consejo Nacional Electoral y las restantes entidades, que tienen que ver con el proceso, realicen las investigaciones de rigor, para frenar este atropello electoral que se intenta cometer en contra de este territorio, en especial con los habitantes del Municipio.
Igualmente, que se investigue a los autores o promotores de estos despropósitos que violan los objetivos de la Constitución colombiana, que le entrega pleno derecho a los nacionales para que elijan y sean elegidos.
Siempre hemos estado en el ojo del huracán electoral. No hemos madurado aún para dejar el deshonroso primer puesto en fraudes, y ser los autores, creadores y gestores de los famosos ‘chocorazos’ de aquella época de los albores del siglo pasado, en donde, a petición de los interesados, nos pedían remesas de votos, para decidir las elecciones del momento.
PUBLICADO EN: DIARIO DEL NORTE, 5/11/2009
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